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Satore, La importancia de los valores detrás de la cabina

Una de las discusiones que más proliferan dentro del ámbito del DJ o el consumo musical es la que enfrenta sin términos medios a los avances tecnológicos y la postura clásica, más romántica, purista. El DJ digital contra el amante del vinilo, aún con dinero para gastar en ellos; nadie en cualquier caso se fija en el núcleo del problema, que es la falta de valores.

De eso y más hablamos con Satore, uno de los exponentes más inspirados de nuestra geografía local y ya veterano dentro de la escueta, dejémoslo en poco estimulante escena balear. Fundador del sello Hizou Deep Rooted Music, asiduo en la cabina de clubs como Garito Café y participante en el último RBMA Bass Camp y Sónar Festival. La conclusión antes: los valores detrás de la cabina son casi más importantes que la propia música.

Salva, ¿cuándo llegas a Mallorca desde tu ciudad de origen, Madrid? ¿Cuándo comienza tu relación con la música electrónica?

Vine a Mallorca con 13 años, principalmente por mis padres y por su trabajo; más tarde estuve viviendo en Barcelona, Granada, Valencia… Mi relación con el ámbito del DJ y la música electrónica empezó buscando música, buscando discos en tiendas; en aquel momento yo vivía en Valencia, donde frecuentemente acudía a la tienda de Pascal Kleiman, donde a menudo encontrabas cosas realmente interesantes en muchos estilos distintos, no solo música electrónica. Parte de aquello estaba recomendado por Danny Ocean, uno de mis mejores amigos y con el que empecé en todo esto. Me ha enseñado muchísimo.

¿A qué niveles influyó en tus primeros pasos Danny Ocean? ¿Qué es lo más importante o lo que destacarías?

De repente, con 16 años, todos mis amigos escuchaban hits de radio y mainstream, y yo empecé a escuchar música de Moodymann, House hecho en Detroit. Sobre todo destacaría el groove, la manera de entender la música. Yo tenía en aquel tiempo mucha inquietud musical, preferentemente por los sonidos no convencionales y material que me llenara; Danny me abrió los ojos en muchos sentidos.

Era la época de Discos Oh! en calle Aragón, y Danny precisamente no tenía demasiada buena fama entre otros DJs…

En Discos Oh!, en aquella época llegaba muchísima música, y el 90% era perecedera (el otro 10% seguramente era la música que pedía Danny en la tienda, cuando le dejaban. Doy gracias a Dios por haberla podido encontrar en aquel momento), de poca calidad; además, al no haber muchas tiendas más y no estar demasiado extendido el comercio en Internet, todos los DJs acababan llevándose los mismos discos. Era poco estimulante. A Danny le hicieron el vacío un poco entre todos; él, bajo mi opinión personal, pinchaba a un nivel mucho más alto que los demás, lo que provocó en líneas generales se le cerraran puertas, debido a la competencia que podía dar.

Recordando aquella época, hace más o menos 7 u 8 años, ¿qué crees que ha pasado principalmente para que el género DJ haya decaído tanto en la zona? Hay menos propuestas solidas y de mucha menos calidad…

Las mismas promotoras quieren DJs que también hagan de relaciones públicas; los organizadores van con el cartel de “se necesitan DJs relaciones públicas”. Lo que cuenta es el número de personas que muevas, ya que el propio público ya no se muevo por un DJ o por la música que pueda seleccionar un DJ específico. Antes un relaciones públicas también se implicaba mucho más en los eventos, ahora prácticamente lo único que hacen es repartir cuatro flyers cada noche. Supongo que los 50 euros valen eso y nada más. Eso provoca que el trabajo de mover el evento o la fiesta sea también del DJ, un añadido que complica aún más el éxito de la propia cita y desvía la atención del que pone la música a cosas que no son su trabajo.

Al final la música es lo de menos…

La gente va a divertirse; no quieren ni necesitan que nadie les de lecciones. Yo me incluyo, hay que saber diferenciar cuando se trata de divertirse y cuando se va en busca de buena música. Aquí en Mallorca concretamente, yo veo que la gente está muy confundida.

¿Crees que las nuevas tecnologías tienen algo que ver con esa caída en el nivel de calidad? La accesibilidad y el abaratamiento del material y contenido… 

No tengo nada en contra del DJ de laptop. Lo que sí creo es que hay que diferenciar, por razones evidentes: ahora cualquiera puede bajarse un chart de Beatport, montarse una playlist, ir con un controlador (el X1 se ve mucho, he visto gente ya con el iPad y todo, ya no ves a nadie cion CDs) y dar con la postura, pero las tablas, experiencia y sobre todo sonido y calidad normalmente no van de la mano de esas propuestas. A nivel de una fiesta pequeña, en un club pequeño, las diferencias no se suelen notar, la gente no percibe esos matices que diferencian a alguien que viene a reproducir música y a otro que ha traído sus vinilos, los cuida, busca otro tipo de mensaje. Solo percibimos eso los propios DJs, y a veces ni eso.

Anecdóticamente, y a pesar de la deficiencia en cuanto a oferta que comentábamos, cada vez hay más DJs…

Antes pinchar requería una técnica, una base, unos discos, unos conocimientos. Ahora tan sólo necesitas una conexión a Internet. Hoy en día plantear una sesión no tiene ningún misterio; y además, si a nivel de sala y beneficios la cosa sube, no se debilita, mejor que mejor. Ahí es donde tenemos otra de las claves: el público no es nada exigente hoy en día. Hay de todo, pero por líneas generales es así.

Claro, hay de todo. Muchos veteranos y otros que llevan muchos años en todo esto escogen nuevas armas por comodidad…

Cuando llevas ya muchos años te duele la espalda, te resientes del cuello, algunos discos se han perdido, se han rayado, cosas que dan mucha rabia: al final acabas buscando la comodidad. Por eso entiendo quien graba todo en CDs o pasa todo a Traktor o Serato para solo cargar con su portátil. Lo que sí me parece mal es que a menudo se nos tache de talibanes o radicales a los que apostamos todavía por el vinilo; en la mayoría de ocasiones se nos mira como antiguos, incluso he visto carteles medio en broma apuntándolo, como si alguien que simplemente apuesta por un método clásico fuera automáticamente menos que el que se centra en los avances tecnológicos.

Los cambios en la forma de plantear las fiestas o eventos también ha influido según mi opinión: ahora se conciben como mini-festivales con 5 o 6 invitados y en los que hay que poner mucho en mucho menos tiempo…

Se está llegando a que la propuesta de perfil “live” sea lo predominante; gente con Ableton seleccionando y warpeando tracks de otros, se está extendiendo el poner mucho y muy rápido, casi sin dar tiempo al público para reaccionar. El DJ como tal cada vez pesa menos: el formato live es lo que yo creo que tiene más futuro a nivel mayoritario; incluso productores que quizá quieren evitar ser demasiado pesados únicamente centrando el directo en su propia música, hacen momentáneamente de DJs introduciendo música de otros en sus actuaciones.

En cualquier caso todo depende de cómo se utilice…

La excesiva accesibilidad es otro problema, como comentabas: en líneas generales se nota que no se ha buscado, que no se ha profundizado en lo que se selecciona. Normalmente basta con darse una vuelta por alguna web o tienda, coger prestadas algunas canciones de algún amigo y rápidamente montarse una resultona sesión sin apenas trabajárselo. Por supuesto siempre hay excepciones. A mi eso no me llama, aunque tenemos que reconocer que es lo que acabará predominando.

Volviendo a Mallorca, Palma concretamente: me asusta que todo el mundo pinche siempre lo mismo, igual que hace una década. Volví hace dos años a la isla después de una ausencia de seis y todavía escucho a Metro Area, algún Ibadan y Deep House muy explotado en algunos locales… Es como si no hubiera pasado el tiempo…

Todo el mundo pincha por lo general charts en Mallorca; si no son de Tech-House son de edits o de Deep House. Es bastante preocupante sobre todo en esta isla que casi nadie se preocupe por indagar e ir un poco más allá en su discurso, intentar diferenciarse de las corriente general.

¿Si lo intentas qué ocurre?

Hay cuatro o cinco locales en La Lonja que además de de pinchar te piden que muevas la fiesta previamente y tu continuidad o la buena actuación no va en función de la música, tan sólo de la gente que entre esa noche por la puerta. Hace poco que intentamos hacer una fiesta en un local de la zona de Santa Catalina por ejemplo, y a pesar de la solidez de la propuesta, tuvimos con un conflicto con los encargados: llegó un momento de la noche que nos pidieron que abandonáramos la cabina y dejáramos a otra persona poner cosas más comerciales. Fue bastante bochornoso. La gente que hace falta aquí es gente que tenga un concepto, que tengan un discurso propio y se preocupen de hacerlo evolucionar cada vez más y pulirlo noche tras noche. En ese sentido, por ejemplo, Ángel (Costa) y Pepe (Arcade) lo están haciendo bien. Estoy contento de que por lo menos quede gente con algo de perspectiva.

También hacen falta clubs que apuesten por su propio concepto…

Aquí los DJs se han hecho promotores. En Barcelona por ejemplo hay clubs de verdad, que apuestan por su concepto; aquí salas que intenten implantar un modelo sólo tenemos a Garito. Antes del estallido de la pachanga en el Paseo Marítimo, la música más o menos comercial era adaptable al House o la música electrónica de la época; ahora mismo el contraste es demasiado fuerte, las líneas chocan. Son dos mundos completamente distintos; entrar en una cabina después de que alguien haya puesto dos o tres horas de éxitos es complicadísimo.

¿Cuándo comenzaste a explorar en el campo de la producción?

A producir comencé más adelante, hace ya más o menos 8 años. Comencé comprando una caja de ritmos, la MC-303 concretamente, también una TR-606, luego compartíamos entre amigos más equipamiento, grabábamos samples de otros instrumentos, etc. Empecé a toquetear cuando estaba muy metido en la estética Dub Techno: mucho Basic Channel, Chain Reaction, Maurizio, etc. Toda la vieja escuela berlinesa era por aquel entonces lo que más me tiraba. Fue cuando comencé mi relación con Pablo Bolívar, otra de las personas que más me ha ayudado, sobre todo en este ámbito de la producción.

En cuanto a Hizou Deep Rooted Music, tu sello, lo que más llama la atención a primera vista es que Rick Wade aparezca en el catálogo de referencias… ¿Cómo entrásteis en contacto?

Para mi es una eminencia, sobre todo mirando a la escena de Detroit. Fue hace muchos años cuando le conocí: él vino a Garito y entablamos conversación con él, nos pasamos las direcciones de correo y partir de ahí y mantuvimos el contacto. Él es muy productivo, tienes acceso a muchísima música, hace y produce sin parar; ahora, y al tener tanta facilidad, quizá las composiciones han perdido algo de la esencia que tenían antes, cuando tuvimos su EP en Hizou. Estuvimos casi dos años eligiendo material para el release, para que te hagas una idea de las toneladas de música que tiene en sus discos duros.

Fue complicada la tarea por lo que veo. ¿Un productor de culto en Detroit qué piensa cuando un sello español le pide música?

Tengo que decir que hay una tendencia sobre todo al hablar de artistas o productores americanos: ellos a veces se intentan adaptar a esta zona, les hablas de aquí, de las Islas Baleares, y te mandan algo como más plano, más tirando a “ibicenco”. Te dan otro sonido diferente al que tu estás buscando: se creen que tu buscas eso. “No por favor, mándame lo que tu de verdad sueles y te gusta hacer”. Muchos también han perdido el interés: hacen las cosas por dinero y demasiado rápido, ya no se cultivan las cosas como antes. Por ejemplo también nos pasó con Gary Romalis: él hacía como 11 años que no sacaba música, y en ese sentido está muy agradecido con nosotros, por volverle a prestar atención. Nos pasó material increíble, parecía mentira que nadie se hubiera interesado antes o que él mismo no lo moviera. Muchos están muy desmotivados y agradecen mucho este tipo de movimientos (que casi siempre llegan de fuera de Estados Unidos o Detroit). Aprecian que la gente les reconozca su trabajo y algunos recobran la ilusión al ver que jóvenes como nosotros nos interesamos mucho por su cultura.

Hablabas de Ibiza. A pesar de la proyección internacional de la isla, aquí en Mallorca parece que tan solo recogemos lo malo, lo vulgar de todo el conjunto. Este año, por ejemplo, ENTER (gestionado por Richie Hawtin) propuso a gente como Andy Stott o Vatican Shadow, algo inaudito en Ibiza…

Ibiza al menos tiene actividad; aunque haya lo que haya, y el 80% sea mainstream, alguna propuesta de calidad puedes encontrar a lo largo del verano. Aquí tan solo hay cuatro promotores, y pocos, muy pocos, intentando crear algo sólido y reconocible: por ejemplo la gente del Norte, de Alcudia, como Lokita, siempre apostando por un sonido y una esencia muy concreta, sin hacer demasiado caso a modas ni a tendencias. Deep House con clase, estilo San Francisco. Yo apoyo mucho ese tipo de propuestas, y a ellos en concreto. Es de agradecer que haya gente que se mueva por la música.

Aquí predomina el mínimo esfuerzo y máximo rendimiento. Cuanto más fácil y más beneficioso, mejor. 

Un ejemplo: he estado en Pachá por ejemplo, con una sesión de Karizma dentro, y la sala completamente vacía. Se llena con estudiantes universitarios, fiestas con música comercial y pachanga. Esto define muy bien lo que es Mallorca: touroperador, cruceros, música fácil y a llenar las salas con el mínimo esfuerzo. El dinero es lo primero, la música está al final.

Oye, ¿qué tal en el pasado Sónar Festival? ¿Cómo surgió el contacto y qué tal la experiencia?

Surgió a raíz del paso por el RBMA Bass Camp en Madrid, necesitaban un cartel compensado y pensaron en mi para primera hora. La verdad es que imagínate, te llama el Sónar y te pones a temblar, se te ponen los pelos de punta. De todas maneras e independientemente de la experiencia, que fue increíble, yo encontré que no pegaba demasiado con el grueso de las propuestas: Deep House, maleta de vinilos, cuando casi todo eran derivaciones de Bass Music, Hip Hop, laptops. Creo que fui de los pocos por no decir el único que se presentó con ese discurso.

Cada vez más, los festivales están menos acostumbrados a preparar una cabina con platos y mesa de mezclas. 

Sí, tuve algunos problemas, de hecho, porque el soundcheck llegó muy al límite y sobre todo porque las cabinas ya no se preparan para gente que pincha con vinilos. Por ejemplo: los monitores suelen ponerlos demasiado cerca y claro, con las agujas captando las vibraciones, hubo varias veces que del sonido me saltó el disco.

Siguiendo con Sónar: ¿qué opinas de que a pesar de haber sido la edición con más artistas nacionales, a la gran mayoría se les haya programado en horas poco punteras?

Todo lo que sea apoyo es bueno. En cualquier caso, yo no me basaría en nacionalidades, sobre todo en un festival de este calibre: me basaría en quien hace las cosas bien, simplemente. Yo dejaría a un lado los compromisos, me fijaría únicamente en los artistas y sus propuestas, independientemente de donde sean. También los que fuimos, la mayor parte, era la primera vez que íbamos, yo me lo tomé como una buena oportunidad.

¿Has pensado en trasladar tus producciones al directo y abandonar por un tiempo los platos?

En invierno quiero centrarme mucho más en desarrollar el directo, sí, encerrarme en el estudio y dar forma a una propuesta algo distinta, que no vaya tan ligada a mi figura como DJ. Quiero seguir en contacto con ello, seguir poniendo música como ahora pero sobre todo enfocarme en la producción. Estoy ahora muy centrado en la Akai MPC-2000, la tengo hace poco y estoy basando casi todo en la exploración de esa máquina, me parece fascinante, el cuerpo de su sonido y las posibilidades. Me interesa también compensar entre equipos antiguos y más modernos, que haya un equilibrio entre hardware y software en ese sentido.

Ahora, sobre todo en territorio House/Techno, está muy extendido el revivalismo, recuperar o emular estéticas muy definidas, en cierta manera homenajeándolas. Es un punto de vista muy romántico: recuperar las máquinas con las que trabajaba Larry Heard o Armando y hacer discos casi iguales…

Me interesa el sonido clásico, me gusta, lo disfruto, pero creo que no quiero emularlo, ni hacer lo mismo hoy en día; aquello ya se formuló, se explotó y ya tuvo sus resultados. Me interesa más coger una esencia y llevarlo un poco más allá, mirar al futuro sin perder el contacto con el pasado, pero no basarlo todo en el romanticismo.

Llevas tiempo sin editar nada, ¿no? ¿En qué punto estás ahora?

Llevo tiempo sin editar porque principalmente quería desarrollar mucho más el sonido; no me gusta esa tendencia de probar a ver que sale, toqueteando un poco y lanzando un montón de tracks sin sentido. Prefiero tomarme mi tiempo en cultivar las cosas, pensar en lo que quieres hacer y trabajarlo poco a poco. Dentro de nada sacaré un track con mi sello, con una idea muy parecida a lo que saqué para el recopilatorio del Bass Camp.

¿Qué tal en el RBMA Bass Camp? ¿Qué destacarías del aprendizaje?

Por mucho estudio que hubiese a tu alrededor, yo aprendí sobre todo de la gente, en las charlas, las comidas y las reuniones. Además me gustó mucho el ambiente: gente muy distinta haciendo cosas increíbles, y relacionándose entre sí sin problemas, muy pocos prejuicios y nada de grupos concretos basados en las preferencias o gustos. Siempre tienes más afinidad con unos que con otros (yo por ejemplo entablé muy buena relación con Kresy y con El_Txef_A, que son más de mi perfil), pero si te digo la verdad una experiencia así sirve para darte cuenta de la riqueza musical que quizá en un sitio como Mallorca puedes estar perdiéndote. Aprendes mucho en cosas así, te abren la mente. Hay gente con muchísimo nivel: Lost Twin por ejemplo, que flipé con su live en Sónar. Un artista muy humilde con muchísimo talento.

Volviendo un momento a la escena mallorquina y el estado de la música electrónica aquí. Imaginemos por un momento que alguien con dinero apostara por un buen club, hecho y derecho, con buen sonido, bien posicionado, buenos carteles y buenos invitados, quizá en el Marítimo, con un concepto muy definido detrás. Lo que todos estamos deseando ver por aquí. ¿Crees que funcionaría?

No iría bien creo. Si fuera por mi parte yo haría todo lo posible por aportar, apoyar y moverlo. A mi me interesa la música y por tanto me encantaría, pero no creo cuajara la propuesta. La gente está muy mal educada (en términos de música electrónica), a nuestra generación y a la siguiente (en esta isla) se les ha formado poniendo muy mala música, tirando por lo fácil. Ese grueso de público ya no lo recuperas, se les ha acostumbrado a una fórmula mayoritaria y si lo cambias, acaba por no funcionar. Con este contexto, es muy complicado: tienes que tener una capacidad económica que sobrepase el interés cultural de la gente, lidiar con las subidas de impuestos y asumir que cada semana vas a perder dinero, mucho dinero.

En cuanto a colectivos y pequeños grupos, ¿quién crees que tiene la actitud adecuada?

Velvetine sobre todo se lo curran bastante: siempre apoyando cosas distintas, proponiendo cosas innovadoras y conservando la motivación, a pesar de que se lo ponen muy difícil. Desde el principio les he apoyado y lo seguiré haciendo, hace falta ese tipo de espíritu aquí. Gente que se involucre de verdad. Octobot, Gondar, etc., ésa es gente que para mí forma parte de una escena, gente que se interesa por la música

Gente joven casi toda. Y en cuanto a alguna vaca sagrada, ¿crees que taponan un poco la salida de propuestas más innovadoras?

No creo que tengan tanto poder para hacer eso. Simplemente es la gente: de entrada se le ha acostumbrado mal y cuando educas mal desde el principio, luego es imposible de modificar. La curva de calidad ha ido degenerando cada vez más y la innovación brilla por su ausencia. Todo el mundo a lo fácil y todos (DJ, promotores, público) contentos. Falta interés en todos los sentidos.

Cuando había todavía alguna tienda de discos aún se palpaba algo de interés, ¿verdad? La ausencia de locales para conocer, descubrir música y personas de tu mismo contexto ha hecho que se vea todo de manera mucho más individual…

Ayuda a que todo se degenere. Aunque si lo que había, era equivalente a un chart de Beatport, tampoco es que fuera muy interesante. Si hablamos de un Discos Paradiso (Barcelona) por ejemplo, entonces sí: la gente va también a relacionarse, a encontrarse entre sí, te sientes cómodo comprando discos, conectando con gente que conoces y no conoces.

Me acuerdo que en Discos Oh! Podías ir un sábado y pasarte allí todo el día: la gente pillaba bolos, discos, había un contacto que ahora falta…

Quiero recordar un momento a Fernando Cerviño: hizo muchísimo por la música en Mallorca, ayudó mucho con el tema de establecimientos. A veces todo el mundo solo menciona a Discos Oh!, y creo que deberían acordarse de él, la verdad es que en su época apostó por cosas y temáticas muy poco extendidas y con muchísima clase, sobre todo en el espectro de la música negra.

¿Y si se vuelve a intentar montar algún festival de gran calibre aquí en Mallorca? Crees que como el club imaginario, no funcionaría?

Si tienes un festival y traes a Pitbull, a Don Omar, a Carl Cox o a David Guetta, ¿para qué queremos un festival? El caso es que las propuestas van a lo que van.

Terminando… Dime algún disco que nunca falte en tu maleta…

Es una pregunta complicada. Imposible decir solo uno. Pero de los que menos fallan: el KMS 049 de Chez Damier. Siempre va conmigo. Igualmente siempre suelo cambiar mucho la maleta, y sobre todo intento apoyar a sellos más pequeños, menos conocidos.

¿Tu hábito de compra cómo anda? ¿Ha variado con la crisis o con la proliferación de los mp3?

Sigo comprando igual, muchos al cabo del mes, el 90% por Internet, eso sí. El vinilo es mi ruina. Es un producto muy caro en realidad: es anecdótico la gente que defiende que por ejemplo en Discogs es todo más barato. Se olvidan de que no viven en Berlín, ni en Londres, de que el envío es caro y tenemos el mar por medio. En cualquier caso, es preocupante que compres 4 o 5 novedades y te dejes 60 euros.

Sí, aunque es normal que se suban precios, cada vez menos gente da el paso de hacer una compra de 60 o 70 euros en vinilos…

Si estás ganando dinero pinchando música, seleccionando música de otra persona, cómprala, contribuye. Esa persona es un artista, valóralo. Mucha gente no entiende el proceso que hay detrás de eso y tampoco les interesa. Si a ti te gusta eso, cómo no eres capaz de dar algo por eso, por mínimo que sea.

Por último: algún disco que te haya marcado de por vida, que recuerdes al escucharlo no volver a ser el mismo…

Marvin Gaye creo, mi padre me regaló uno de sus discos y sin duda me cambió la vida. Igualmente, es complicado solo decir uno, son muchos discos, afortunadamente, los que te influyen a lo largo de los años.